- En 1912 el bioquímico inglés
F. Hoapkins
descubrió que las ratas sometidas a una dieta de productos
"purificados", conteniendo todas las sustancias
consideradas hasta ese momento necesarias para la nutrición,
detenían su proceso de crecimiento, que se volvía a iniciar
cuando a las ratas se le suministraba a diario una pequeña
cantidad de leche fresca.
- Este y otros experimentos similares demostraron la existencia en los alimentos de ciertas sustancias orgánicas, desconocidas hasta entonces, indispensables para el desarrollo animal. Sustancias a las que, en 1912 el bioquímico Casimir Funk propuso denominar vitaminas, la palabra proviene del latín vita (vida) y de amina (amina necesaria para la vida).
- En tan solo veinte años (de 1928 a 1948) se identificaron todas las vitaminas, se determinó su estructura química, se produjeron de forma sintética en el laboratorio y se estableció su papel en los procesos nutritivos.
Gracias a
este colosal esfuerzo científico, hoy conocemos bien las
trece vitaminas indispensables en la dieta y se ha podido
erradicar varias enfermedades que fueron plaga de la
humanidad durante largo tiempo.
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- Las vitaminas son sustancias orgánicas
imprescindibles en los procesos metabólicos que tienen lugar en
la nutrición de los seres vivos. No aportan energía, puesto que
no se utilizan como combustible, pero sin ellas el organismo no es
capaz de aprovechar los elementos constructivos y
energéticos
suministrados por la alimentación.
- Normalmente se utilizan en el interior de las células como precursoras de los coenzimas, a partir de los cuales se elaboran los miles de enzimas que regulan las reacciones químicas de las que viven las células.
Las
vitaminas deben ser aportadas a través de la alimentación,
puesto que el cuerpo humano no puede sintetizarlas. Una excepción
es la vitamina D, que se puede formar en la piel con la exposición al sol, y las vitaminas K, B1, B12
y ácido fólico, que se forman en pequeñas cantidades en la
flora intestinal.
- Con
una dieta equilibrada y abundante en productos frescos y
naturales, dispondremos de todas las vitaminas necesarias y no
necesitaremos ningún aporte adicional en forma de suplementos de
farmacia o herbolario. Un aumento de las necesidades biológicas
requiere un incremento de estas sustancias, como sucede en
determinadas etapas de la infancia, el embarazo, la lactancia y
durante la tercera edad.
- El consumo de tabaco, alcohol o drogas en
general provoca un mayor gasto de algunas vitaminas, por lo que en
estos casos puede ser necesario un aporte suplementario. Debemos
tener en cuenta que la mayor parte de las vitaminas sintéticas no
pueden sustituir a las orgánicas, es decir, a las contenidas en
los alimentos o extraídas de productos naturales (levaduras,
germen de trigo, etc.). Aunque las moléculas de las vitaminas de
síntesis tengan los mismos elementos estructurales que las
orgánicas, en muchos casos no tienen la misma configuración
espacial, por lo que cambian sus propiedades.
- Son
sustancias lábiles, ya que se alteran fácilmente por cambios de
temperatura y pH, y también por almacenamientos prolongados.
- Aunque todos
los alimentos aportan vitaminas en mayor o menor cantidad, no hay
ningún alimento que las posea todas y menos aún en las
cantidades necesarias para el organismo. Por tanto, hay de buscar
una dieta variada y equilibrada que incluya abundancia de frutas y
verduras, por su gran contenido en vitaminas.
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